En ciertas páginas de Soldados de Salamina, de Javier Cercas, obra que, según dicen, no es nada parecida a Estrella Distante de Roberto Bolaño, se encuentran estas oraciones, fragmentos de diálogos, de cuya pertinencia en la narración estoy seguro que el lector podrá darse cuenta cabal:
«—Tiene miga —comentó en efecto Conchi, con un rictus de asco—. ¡Mira que ponerse a escribir sobre un facha, con la cantidad de buenísimos escritores rojos que debe de haber por ahí! García Lorca, por ejemplo. Era rojo, ¿no? Uyyyy —dijo sin esperar respuesta, metiendo la mano por debajo de la mesa: alarmado, levanté el mantel y miré—. Chico, qué manera de picarme el chocho.
—Conchi —le recriminé en un susurro, incorporándome rápidamente y esforzándome en sonreír mientras espiaba de reojo las mesas de al lado—, te agradecería que por lo menos cuando salgas conmigo te pongas bragas.
—¡Menudo carrozón estás hecho! —dijo con su sonrisa más cariñosa, pero sin sacar a flote la mano sumergida: en ese momento noté los dedos de sus pies subiéndome por la pantorrilla—. ¿No ves que así es más sexy? Bueno, ¿cuándo empezamos?
—Te he dicho mil veces que no me gusta hacerlo en los lavabos públicos.
—No me refiero a eso, capullo. Me refiero a cuándo empezamos el libro.»
«—¡Que nos va a salir un libro que te cagas!
Hicimos chocar los vasos, y por un momento sentí la tentación de alargar el pie y comprobar si se había puesto bragas; por un momento pensé que estaba enamorado de Conchi.»
"Que te cagas". Esta obra maestra me ha leído la mente. O mejor, el recto. Menudo panorama.
ResponderEliminar