Maruja Torres y el milagro navideño del Premio Nadal.

Maruja Torres es una columnista y escritora mediática, ganadora del bochornoso Premio Planeta (el súmmum de la prostitución literaria).

Esta afable señora es conocida por haber llamado «hijos de puta» a los votantes del Partido Popular, equiparar el miedo que le producen las palabras del PP con el que le producen las de ETA (Maruja, te doy una pista: una de las dos entidades no asesina a sus adversarios) o afirmar que se debería sedar a Esperanza Aguirre en cierto hospital donde se da este tratamiento a pacientes terminales. Vamos, una delicia de persona.

Su nuevo hito consiste en haberse recubierto de oprobio al hacerse con el primer puesto en un certamen literario del Grupo Planeta, en este caso el (otrora célebre) Premio Nadal, teniendo lugar el milagro navideño de conocerse el ganador antes incluso de que se hubiera producido el debate y la votación del jurado, y siendo el nombre de aquel incluso anunciado en la portada del diario El País (segunda fuente, tercera fuente, cuarta fuente en Berlín), provocando el estupor de ciertos contertulios radiofónicos.

Algunos comentarios iracundos comentan el hecho en Menéame, calificándolo de «el pufo de siempre».

Desgraciadamente, este milagro es equiparable al nacimiento de un niño Jesús con cornamenta de cabra o, lo que es lo mismo, no es más que otra señal de la podredumbre moral de los editores, de la cobardía cagueta de los jueces y de la tibieza tontorrona de las fuerzas mediáticas.